RECUERDOS
DE LA MATANZA
El matarife era Pablo Álvarez (Jarina)
Se
iba muy temprano al corral, había que derrumbar la pared de piedras
secas, que servia para tapar la puerta del cuartillo sin techo que servia
se sebonera para el cochino, todo el corral era la ruina de habitaciones,
con sus lozas en el suelo, algunas paredes y muros altos pero sin techo,
pues había sido antiguamente una casa muy grande.
Después
de tirar la pared que daba acceso a un callejoncito entre el correo y
las casas del Cura Brotóns, con una pequeña ventanita desde
el archivo, y una puerta de madera taponada a la baranda junto al buzón
de correos.
Por
allí se sacaba el cochino atado por una mano, hasta la baranda
y de allí andando por la calle hasta el Arco, bajamos por la calle
del molino hasta mi casa el segundo molino, allí junto a la pared
del patio de la casa de los maestros, se encendía el fuego y se
ponía la caldera de agua a hervir. Se sacaba la mesa de madera
del patio, y se subía el cerdo encima, atado por las patas y sujeto
por tres o cuatro personas, los gruñidos del cerdo despertaban
a todo el pueblo, a mi me impresionaba bastante.
Cuando
ya estaba hirviendo el agua, procedía el matarife, con un cubo
en el suelo se recogía la sangre tras la puñalada en la
yugular, alguien se encargaba de remover la sangre para que no se cuajase,
casi siempre una de mis hermanas, al mismo tiempo casi con el cochino
agonizando y sin fuerzas ya para chillar; se empezaba a pelar, con cacharros
de cocina, cacerolas, latas, perolas etc.. se recogía el agua que
hervía en la caldera y se le iba echando por lo alto de la piel,
por zonas al cochino mientras el matarife y algún otro raspaban
con cuchillos la piel y cerdas chamuscadas del pobre animal, también
el rabo las orejas, hocico, se sacaban las pezuñas enteras como
si de zapatos se tratara, para ello se introducía la pata en un
cacharro con agua hirviendo.
Terminado
el pelado se quedaba la carne limpia y blanca, Luego tras descubrir los
tendones de Aquiles del cochino, se introducían en un palo en forma
de arco con muecas en las puntas para servir de sujeción Le llaman
en Facinas " la camá "Esta camá se amarraba con
una soga y se izaba el cochino por las patas, generalmente a una viga
o gancho bien alto para que la cabeza no diera con el " jocico"
en el suelo.
Así
quedaba el animal con las patas abiertas, las manos colgando y presentando
la indefensa barriga donde se le podían contar las tetillas tanto
a los machos como a las hembras, cosa que me llamaba la atención.
Ya colgado boca abajo, el matarife con un certero corte abría la
barriga desde los genitales hasta el cuello, haciendo salir todo "el
mondongo" Se aprovechaba todo, las tripas que se lavaban para hacer
morcillas, longanizas y chorizos. Se sacaba el hígado, con cuidado
de no romper la vesícula biliar, pues la bilis es amarga y estropeaba
lo que tocase, también se cuidaba sacar la vejiga de la orina sin
romper, los niños la convertíamos en un globo.
A
partir de aquí se procedía al despiece: El maestro carnicero,
seguía una especie de rito que se enseñaba de padres a hijos,
los riñones, el corazón, la pajarilla, luego se abría
el cerdo y con la ayuda de unas cañitas se mantenía el corte
abierto, y antes de destrozarlo, se sacaba la pella para la manteca, los
lomos, solomillos el tocino, que se introducía en cajones con sal
para tener para todo el año. total que se partía en multitud
de partes. Por cierto se le llevaba una muestra al Veterinario para analizar.
El día de la matanza, no se comía casi nada del cerdo, SE
COMIAN COLES, O TAGARNINAS CON TOCINO y alguna otra cosilla, se hacían
las morcillas y embutidos, y al día siguiente se hacia la fritá
de chicharrones. Por cierto también había algún "tabú"
como que las mujeres con la regla, no debería intervenir, pues
si tocaban embutidos, se estropeaban, seguro."El Presente" era
el regalito que se le hacia a los vecinos y amigos por su ayuda en la
matanza. Consistía en un poco de tocino, una morcilla, y algún
trozo de carne.
Luego
comíamos carne unos días y se guardaban las orzas con el
lomo en manteca, zurrapa de lomo, y otras exquisiteces.
En
esos años, la familia que medio podía, criaba todos los
años un gorrino, que reciclaba los desperdicios de la casa, se
tiraba menos basura. y en diciembre " Matanza." y eran la envidia
de los que no lo podían hacer.
Vicente G.
Gil Rivera:-miércoles, 19 de octubre de 2005
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